sábado, 26 de noviembre de 2016

Análisis de los últimos eventos al acercamos al Apogeo Lunar (Alerta sísmica)

En estas horas se han registrado terremotos en el Salvador, Nicaragua y Honduras. Ayer tuvimos noticias de un terremoto en China.  Este afectó la región noroccidental china de Xinjiang y algunas zonas de Kirguizistán.

Esto ocurre en los días cercanos al apogeo lunar (su punto más lejano como se puede ver en la imagen). No olvidemos que la órbita lunar es elíptica causando un giro más pronunciado en el retorno de la órbita lunar y un efecto de inercia maremotriz que se refleja en las placas terrestres y mareas. Mientras más nos acerquemos al periodo del 27 al 29 de noviembre, la posibilidad de fuertes terremotos se incrementa.

Cabe destacar que el hecho de que la Luna esté involucrada no implica que ésta sea la causa principal o directa de los terremotos. Esto debe aclararse para evitar malos entendidos. La teoría de la tectónica de placas y su propia dinámica de presión y ruptura se mantiene. 

Por lo tanto, en los días en que no hay fases lunares establecidas, los terremotos y temblores por dinámica propia pueden gestarse y producirse. De hecho, todos los días hay cientos de temblores (algunos imperceptibles), y hay eventos (mayores) que se desencadenan por esos efectos.  El elemento adicional ahora manifiesto es que la fuerza maremotriz lunar es más pronunciada en sus fases lunares, y principalmente en las fechas del perigeo y apogeo, además que la luna en esos instantes genera un giro más pronunciado al completar su órbita gravitacional. Esto puede dar un "empujón" adicional para que las placas rompan y se produzcan terremotos considerables. Y esto último es totalmente científico, y ya ha sido reconocido por especialistas, tal como lo analizamos en los post anteriores.


Para entender esto meditemos en el movimiento de rotación terrestre. Nosotros giramos sobre nuestro eje a 1.700 k/h.  La luna tiene un movimiento de traslación (aquel que provoca las fases lunares y perigeo y apogeo) de 1 km/segundo alrededor de la Tierra en una elipse. Estos movimientos inerciales sin duda afectan a diario las placas terrestres y los océanos. De hecho, todos los días sube y baja la marea un poco (pleamar y bajamar). Ahora parecen ser más pronunciados en las cuatro fases de marea lunares, perigeos y apogeos debido a la posiciones gravitacionales. Y curiosamente hemos detectado que parece que ocurren dos eventos sísmicos de importancia en un lado de la Tierra y luego en otro, por el efecto de rotación terrestre e inclinación angular, el cual es el mismo que provoca que el fenómeno de marea se manifieste en un lado del planeta y después en otro.

Al acercarnos al apogeo y la luna nueva, esto debe hacer que estemos más alertas a los sismos en estos días.  Por lo tanto, tome sus precauciones y aprenda a tener una sana y equilibrada cultura sísmica. Tal como en un hogar es maduro tener un botiquín de primeros auxilios, cada familia en una zona de riesgo permanentemente debe tener artículos de primera necesidad para emergencias, conocer las zonas de riesgo de su hogar, y actuar con calma y sensatez.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Nos acercamos a Luna nueva

Estamos a pocos días de la luna nueva este mes de noviembre. El apogeo lunar será el 27 de noviembre y la luna nueva el 29. Recomiendo a los países con problemas sísmicos y con fallas a punto de romper, que tomen sus medidas de precaución. El giro elíptico y la fuerza maremotriz pueden causar un evento. 

Las personas en Europa que puedan padecer terremotos, y quiénes están en el Cinturón de Fuego del Pacífico (Chile, Japón, Nueva Zelanda, Perú, etc, etc). deben tener bolsos y artículos de primera necesidad ya preparados para éstos días. No lo deje para más tarde. Una buena cultura sísmica es esencial y éstos datos nos permiten tomar medidas con anticipación. En cualquier parte de estas zonas, en un lugar en que las placas estén a punto de romper, puede ocurrir un gran sismo (recordemos que tal como se explicó en un post anterior, esta relación no viola la teoría de las placas, sino que proporciona un elemento detonante adicional).



Con el fin de proteger a las personas y evitar muchas muertes es importante incluir dentro de recordatorios mensuales estas posibilidades a la población, y sin caer en el pánico paralizante, comenzar a tener una cultura que se anticipe y conviva con estas situaciones. 

El objetivo de este sitio

La posibilidad de que la luna, la gravedad y las fuerzas de marea estén asociadas en los terremotos no son magia ni tienen nada que ver con "influjos astrológicos" ni misticismo.

Esta idea científica no es nueva, y tampoco viola o contradice la explicación más conocida de la sismología. Las evidencias sugieren que los terremotos son causados por cambios de tensión, que originan deformaciones debido al movimiento de las placas tectónicas en la litosfera.

No obstante, la atracción gravitacional de la Luna y el Sol también inducen en una desfiguración elástica de la tierra sólida de nuestro planeta, tal y como sucede con las mareas oceánicas. Esta clase de deformación es reversible, ya que una vez que las fuerzas cesan de ser aplicadas, la materia vuelve a su anterior forma.

Este año 2016 se volvió a señalar la alta posibilidad que la luna influya en los grandes terremotos. Un nuevo estudio, publicado ahora en Nature Geoscience, analiza pautas mucho más grandes que implican las mareas que se producen dos veces al mes, coincidiendo con las lunas llena y nueva. Se ha constatado que el número de terremotos de magnitud alta sube a nivel mundial cuando las fuerzas de marea suben, informa la web de la revista Nature.

Satoshi Ide, sismólogo de la Universidad de Tokio, y sus colegas investigaron tres registros separados de terremotos que cubren Japón, California y el mundo entero. En los 15 días que preceden a cada sismo, los científicos asignan para cada día un número que representa el estrés relativo de las mareas en ese día, con un 15 que representa el más alto. Encontraron que los grandes terremotos como los que afectaron a Chile y Tohoku-Oki se produjeron cerca de la hora de máxima deformación de las mareas -o durante lunas nueva y llena-, cuando el Sol, la Luna y la Tierra se alinean.

Los grandes terremotos, como los que asolaron Chile en 2010 y Japón en 2011, son más probables cuando hay Luna llena y nueva, las dos veces al mes en que las mareas registran las tensiones más altas.

Las mareas de la Tierra, causadas por el tira y afloja gravitacional que implica a la Luna y el Sol, producen una tensión extra sobre las fallas geológicas. Los sismólogos han intentado durante décadas entender si ese estrés podría desencadenar terremotos.

Por lo general, están de acuerdo en que las mareas altas que ocurren dos veces al día en los océanos pueden afectar a los diminutos temblores «a cámara lenta» en ciertos lugares, incluyendo los de la Falla de San Andrés en California en San Andreas o la región de Cascadia de la costa oeste de América del Norte.

Ahora bien, aquí estamos investigando que aunque los terremotos de mayor magnitud si ocurren en luna nueva o llena, en apogeo y perigeo, también la evidencia apunta a sismos (aunque menos intensos) en cuarto creciente y cuarto menguante.

El determinar este asunto debe generar una cultura sísmica más amplía, y a la vez permitir con más antelación que en las zonas proclives a sismos se tomen las medidas precautorias.


martes, 22 de noviembre de 2016

Lecciones sobre las mareas, fases lunares y terremotos

Ayer se produjo un considerable terremoto en Japón. El temblor ocurrió a las 5.59 hora local con epicentro en el mar y a 25 kilómetros de profundidad muy cerca de la costa de Fukushima (noreste). El Tsunami fue menos de lo esperado en la alerta original, con unas olas de un metro.



Estamos aprendiendo que los terremotos no se producen solo en las fases de luna llena o nueva, en el apogeo y perigeo. Parece que también están involucradas las cuatro fases lunares del mes, porque aunque las fuerzas maremotrices son menores en fase de cuarto menguate, sí existe un leve movimiento que acumulado es suficiente para activar una falla o placa con energía previamente acumulada. La fuerza del giro gravitacional maremotriz sería el "empujón" necesario para que una falla "rompa".  Pensemos en términos de las enormes masas oceánicas que pueden causar esto, además de la propia presión gravitatoria por la acción de la tensión lunar.

Ayer precisamente, el 21 de noviembre,  fue cuarto menguante. Los sismos precursores en Chile el día anterior estaban relacionados porque la Luna entraba en esa fase, y por efecto de la rotación terrestre, también se movieron las placas. Ahora bien, el tsunami no fue tan potente dada esta característica de baja marea por esta luna.

Y el 07 de noviembre se produjeron unos fuertes sismos en Chile durante la madrugada, despertando a gran parte del país. ¿La razón? La luna se encontraba en fase de cuarto creciente.

Y precisamente para el 13/14 de noviembre, cuando la luna se encontraba llena en su perigeo,  se produjo el terremoto de Nueva Zelanda y un Tsunami más considerable.

El 27 de noviembre de 2016 la luna entrará en su apogeo, y el 29 será la luna nueva. Así que en estos días prestad bastante atención, preparad tu equipo de emergencias y primeros auxilios, ya que es menester aprender a vivir con el ritmo de la Tierra, y reducir pérdidas de vidas.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Sobre las tormentas solares y terremotos

Un estudio publicado por el Space and Science Research Centre en Florida (EE.UU.) hace algunos años encontraba una fuerte correlación entre la actividad solar y los mayores eventos sísmicos y volcánicos en la Tierra. Por ejemplo, había gran actividad solar en el terremoto de Chile de 2010 y en el de Japón de 2011. Sin embargo, otros no están tan seguros de esta relación. Jeffrey Love, geofísico del USGS, quiso comprobar por sí mismo si algo así podía ser cierto con la ayuda del equipo científico Northwest Research Associates y comprobó el estado del Sol el mismo día que se produjeron distintos terremotos. No encontró un parámetro que se repitiera. «Hay algunos seísmos como el de Chile de 1960, de magnitud 9,5, en el que había más manchas solares y más actividad geomagnética de lo que es habitual, pero en el de Alaska de 1964 todo estaba más tranquilo de lo normal». En definitiva, algunos terremotos han coincidido con momentos de gran actividad solar y otros no, y se han producido grandes tormentas solares sin que la corteza terrestre se quebrara al mismo tiempo. Los resultados, publicados en la revista Geophysical Research Letters no son concluyentes.

De todas formas, la relación con el Sol posiblemente funcionaría así:  Las llamaradas solares son explosiones altamente energéticas de las regiones activas del Sol que se manifiestan bajo la forma de flujos de radiación electromagnética, de partículas y flujos de plasma emitidos por fuertes y rizados campos magnéticos. El núcleo de la Tierra al ser de hierro se vería afectado en su revolución alterando (rotando internamente a mayor velocidad) el magma interno del planeta y a la vez perturbando a la corteza y a las placas. Imagine una bola de hierro girando dentro del agua y arriba unas tablas. Al variar la revolución del giro del núcleo por las partículas magnéticas del sol, este alteraría el magma (conocido popularmente aunque inexactamente como "lava"), y las placas sobre este se desplazarían como si flotasen en este "líquido" agitado.

Algunos investigadores de la Universidad de Illinois (EEUU) analizaron 17 pares de ondas sísmicas similares —a las que han denominado "dobles ondas"— de terremotos de baja intensidad que tuvieron lugar durante distintos periodos de tiempo en la región de las Islas Sandwich —en la parte meridional de América del Sur— y que atravesaron tanto el núcleo sólido como líquido del planeta. Esas "dobles ondas", que fueron recogidas en más de 58 estaciones sísmicas en Alaska con una diferencia temporal de más de 35 años, han mostrado cambios en sus recorridos. Lo anterior demostraría una perturbación en el giro del núcleo interno de la Tierra. Ahora bien,  el fenómeno podría ocurrir más directamente.

Los procesos de tipo viscoso plasmático del viento solar, someten a las placas tectónicas a fuertes compresiones y distensiones en mayor o menor medida dependiendo de la densidad y la temperatura de la magnetosfera, y se transmiten de unas zonas a otras a través del manto, provocando tensiones añadidas a la dinámica de las placas tectónicas disparando procesos sísmicos en las zonas estresadas. Estos efectos sobre la litosfera son de diferente intensidad en función de la posición de la Tierra en la órbita alrededor del Sol. Al recibir estos bruscos cambios de presión, las capas de la corteza terrestre se comportan como una cama elástica flotando sobre el manto líquido y, al ser nuestro planeta como una pelota, la zona que recibe esta presión añadida se hunde y provoca la elevación de otras placas por transferencia de energía a través del manto, en un mecanismo flexible. Si alguna de estas zonas sísmicas se encuentra sobreexcitada, este movimiento provocará en un breve plazo un sismo de alta magnitud. Estos procesos de tipo viscoso impulsan flujos de plasma hacia la misma región en capas atmosféricas de baja latitud, que son atravesadas por líneas de campo magnético cerradas.

Todo lo anterior es muy interesante, y puede ser un factor más, aunque no determinante, en la gestación de grandes seísmos.



domingo, 20 de noviembre de 2016

Sobre la teoría de la Migración Sísmica (Aroldo Maciel)

Placas tectónicas y su dirección de presión
Algunos han preguntado sobre la hipótesis de uno de los fundadores de Quake Red Alert. Estas “predicciones” han tenido aciertos y desaciertos, sobre todo con problemas en la precisión de horas y lugares, aunque los días parecen ser aparentemente cercanos. La hipótesis de las predicciones de Maciel se basa en las Migraciones Sísmicas. Esto se argumenta en que un temblor migra su energía a otras latitudes, provocando una transferencia de energía entre las placas tectónicas. Se utiliza además una especie de listado y tabla con los lugares, grados y profundidades del USGS (servicio geológico de Estados Unidos) para establecer una “ruta" migratoria de los sismos.

Desde una perspectiva lógica parece razonable que la energía sísmica se transfiera de un lugar a otro, por los mismos principios de la física que están envueltos. De hecho, la ciencia utiliza el método de la migración de ondas en aspectos como lo es la explotación petrolera. Un método de migración sísmica que utiliza la forma integral (ecuación de Kirchhoff) de la ecuación de ondas. Todos los métodos de migración sísmica conllevan la retropropagación (o continuación) del campo de ondas sísmico desde la región en donde se midió (la superficie terrestre o un pozo) hacia la región de la que se generarán imágenes. En la migración de Kirchhoff, esto se realiza utilizando la representación integral de Kirchhoff de un campo en un punto dado como una superposición (ponderada) de las ondas que se propagan desde puntos y tiempos adyacentes. La continuación del campo de ondas requiere un modelo de base de la velocidad sísmica, que suele ser un modelo de velocidad constante o suavemente variable. Debido a la forma integral de la migración de Kirchhoff, su implementación se reduce al apilamiento de los datos a lo largo de las curvas que rastrean el tiempo de arribo de la energía dispersada por los puntos imagen del subsuelo.

Sin embargo, lo anterior está acotado a zonas relativamente cercanas, con el mismo tipo de suelo, etc. Es mucho más complejo y arriesgado aplicarlo a zonas de un continente a otro, y con direcciones contrarias a la presión de las placas.

Modelo de migración Sísmica









Maciel aclara que el fenómeno de la migración y la correlación de eventos sísmicos fue presentada originalmente en 1968 por el científico japonés Kiyoo Mogi, quien definió ciertos patrones. No obstante, su mentor es el geólogo, vulcanólogo y científico ruso, Peter Shebalin perteneciente a la Academia Rusa de Ciencias en Moscú, que ha desarrollado y perfeccionado la teoría.

El problema de este método es que el “efecto mariposa” puede alterar de un momento para otro la “predicción”, por que al igual que la transmisión de energía de una tormenta tropical que se puede desviar o apagar con elementos imprevistos, lo mismo ocurre con este método, y por lo tanto, es un poco aventurado “pronosticar” fechas precisas, horas y lugares. Esto hace que la Comunidad Científica a modo general se resista a calificar de “predicción acertada” éste sistema que intenta generar “predicción” de lugares y horas, incluso grados. Esto último parece desconcertante en el método, porque es extraño que la energía liberada y dispersa incremente su potencia en una nueva migración futura, y se manifieste con un terremoto mayor. Sin duda, deben existir otros factores implicados que el método no considera. Es complejo, porque para una correcta “predicción” han de considerarse el tipo de roca, subsuelo y terreno en trayecto de la migración. Esto implicaría tener los datos de todos los terrenos del planeta. También la energía liberada en kilotones, etc.

No me cabe duda que en el futuro, los computadores cruzaran la información con las múltiples variantes, y generarán “pronósticos" y modelos mas certeros. Pero debe reiterarse que se deben incluir todos los factores, de lo contrario, el método novedoso paradojalmente se vuelve dogmático y mantendrá cierta incertidumbre.